Es frecuente que los padres centren la educación en aquellas conductas que los niños no hacen bien. Con regañarles, pelearse o castigarles se pretende que aprendan a actuar correctamente, pero no es la forma correcta de educar ya que lo más frecuente es que sólo actuemos cuando estamos hartos porque no nos hacen caso. El castigo no es la mejor estrategia para que aprendan.
Los niños no nacen sabiendo lo que está mal y lo que está bien, son los padres los que con cariño, constancia y firmeza deben enseñarles cual debe ser su comportamiento. Esta enseñanza es lo que llamamos educar, y la educación debe ser positiva. Es bueno que los padres hayan pactado unos criterios comunes para que actúen al unísono, en una misma dirección, con una única guía. Si cada padre actúa según su criterio, el niño crecerá desorientado y actuará según quien dé la orden o según quien tenga delante.
Pero, ¿cómo educar en positivo? Los padres tienen que tener definidos los límites y las normas de funcionamiento y a los hijos hay que explicarles lo que se espera de ellos y explicarles en un momento positivo como deben actuar. Siempre funciona mejor dar importancia a lo que hace bien que el centrarnos en lo que hace mal. No olvides que el cariño y la firmeza son los soportes fundamentales de una buena educación. Si necesitas orientación podemos ayudarte con el programa para padres “Aprender a educar”.
Carmen Castelló
Orientadora y Pedagoga
ELEA, Instituto Psicoeducativo