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Mi hijo de 9 meses no señala y apenas se ríe cuando jugamos con él. ¿Puede ser autista?

Un niño del espectro autista no sigue el desarrollo típico de un niño sin problemas. Actualmente existe mucha desinformación por parte de los servicios de atención primaria: enfermeros, pediatras…y también de los profesores y los padres que desconocen a menudo cual es la consecución y el posterior avance de los hitos de desarrollo. Por todo ello, a menudo la consideración de los síntomas es tardía.

 También es importante señalar que el autismo es un trastorno muy amplio en el que tienen cabida numerosas diferencias. Si bien; aunque existen características individuales propias que los hacen distintos entre ellos, para que un niño sea diagnosticado del espectro autista debe de tener afectación en las siguientes áreas.

  • Comunicación y lenguaje.
  • Habilidades sociales.
  • Restricción en actividades e intereses.

            Cuando los problemas concurren en estas tres áreas podemos estar considerando seriamente incluir al niño en un diagnóstico del “desorden del espectro autista”.

            Es de vital importancia una identificación temprana de los síntomas para su posterior intervención y mejora de las áreas afectadas.

Autismo

Indicadores que nos pueden señalar un posible problema

            Existen una serie de “indicadores de alerta” en la primera infancia que deben de ser tenidos en cuenta.

  • El bebé no fija la mirada. Tiene la mirada perdida y la sonrisa social no aparece.
  • No presenta los prerrequisitos del lenguaje: protodeclarativos (señala porque le gusta algo) y protoimperativos (señala para pedir algo). Esto es algo que suele ocurrir entre los 6 y 9 meses y por supuesto tampoco imitan gestos ni balbuceos.
  • Los sonidos fuertes que podrían alarmar a la mayoría de los niños como un portazo o un grito, para ellos suelen pasar inadvertidos. Por ello en ocasiones, pueden ser confundidos con niños sordos. Sin embargo, la clave está en la distorsión de la percepción ya que pueden mostrar preferencia por una clase en concreto de sonidos como puede ser el ruido de las hojas de los árboles cuando hay mucho viento o el ruido del papel de regalo cuando se desenvuelve.
  • El desarrollo social de juego e interacción suele estar muy limitado. Aquellos juegos en los que el bebé tiene mayor interacción con los padres no parecen interesarle. A su vez, no comparte intereses o gustos ni participa en juegos con otros bebés.
  • En etapas posteriores existe un retroceso y un desaprendizaje de aquellos hitos o habilidades ya adquiridas.

            Es muy importante destacar que, los “indicadores de alerta del autismo”anteriormente citados, pueden pertenecer a un niño con un desarrollo típico. Por ello, la valoración debe de ser realizada por profesionales cualificados. Esta se realizará en profundidad y en ella, además de observar al niño y evaluar todas las áreas de desarrollo (motricidad fina, gruesa, cognición, estilo de temperamento, socioemocional y conducta adaptativa), tendremos en cuenta su historia familiar como son el embarazo, posibles complicaciones en el parto o los progresos del niño.

            En Elea, contamos con una serie de profesionales cualificados a su disposición para resolver cualquier duda o problema que pudiera estar influyendo en el desarrollo normal de su hijo.

Zaida Moreno.

Psicóloga General Sanitaria.

Experta en Psicodiagnóstico y Atención Temprana de ELEA

 
 
 
 

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