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¿Qué se enseña exactamente en la escuela de padres?

A veces creo que soy muy estricto con mis hijos, ya que me gusta que sean educados y cumplan las normas, pero en cambio no sé si son más felices aquellos niños a los que sus padres les consienten todo.
El taller de padres es un momento de encuentro para que ambos padres aprendan a construir la guía hacia dónde queremos educar a los hijos. Construir esa guía, ese proyecto de educación familiar, es importante porque será el referente que va a dar sentido a la educación, a las reglas, a los límites, a las estrategias o consecuencias que utilicemos.
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Cuando un niño nace aparece ahí, en los brazos, con un inmenso potencial de aprendizaje, pero con todo por aprender, lo que aprenda en todas las dimensiones, no sólo las escolares, le permitirá situarse mejor en su vida presente y futura. Los padres tienen el compromiso de ayudar a sus hijos a construir su vida. Educar no es sólo “que se porte bien”, no es pelearse con sus conductas, va más allá: es guiar, acompañar, ayudarle a que adquiera confianza en sí mismo, a que vaya aprendiendo a ser autónomo, trasmitirle valores, que aprenda las reglas que le ayuden a situarse bien, es enseñarle buenos hábitos, es construir conductas positivas.

La educación siempre debe ser positiva

Las personas hoy deben superar la complicada conjunción de la vida familiar, laboral, social y el “uno mismo”, que también es importante. Algunas personas sobreviven el día a día yendo de acá para allá, pero si no tienen claro hacia dónde deben guiar a sus hijos, y a cada uno de ellos, porque cada uno es diferente, los padres sobreviven el día sin educar. Otros como tú se tomen en serio la educación y viven con los hijos para ello. Pero educar no es ser estricto, yo diría más bien firme y coherente. Los niños no son felices cuando hacen lo que quieren, los niños llegan a sentirse mejor cuando saben lo que tienen que hacer en los distintos momentos de su vida. Enseñarles referentes les ayudará a sentirse bien, ahora y en su futuro.
Un consejo: “proponte decir todos los días, a cada hijo, cinco mensajes positivos”, debes convencerles de lo maravillosos que son, no olvides que ser estricto no es regañar continuamente.


Carmen Castello
Orientadora y Pedagoga.
Directora de ELEA.
Publicado en la Revista Zitus

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