El Estado de Alarma que vivimos, debido a la pandemia del Covid-19, nos obliga a permanecer en cuarentena, sin poder salir de casa más que lo imprescindible, durante el tiempo que así se estime. Esta situación nos obliga a dejar de realizar nuestras rutinas diarias, como trabajar, ir al colegio o disfrutar del tiempo libre con amigos o familia, lo que puede hacer que dejemos de sentirnos realizados y motivados por el futuro más cercano. Por este motivo, es fundamental que mantengamos un buen equilibrio psicológico.
En este momento en que nuestro hogar se convierte en escuela, oficina, parque y centro de extra escolares, una de las preocupaciones más recurrentes y comunes de los padres es cómo motivar a sus hijos desde casa. Y sí padres, la motivación por el estudio o por aprender en época de crisis es posible.
Debemos tener en cuenta que la ansiedad y el estrés que se percibe en el ambiente es absolutamente perjudicial e inversamente proporcional a las ganas y el interés que generamos en los niños por aprender.
Esta inquietud, como todas las emociones que se generan en una dirección u otra, es siempre multifactorial. La propia situación de confinamiento favorece que surjan pensamientos lógicos de incertidumbre y nerviosismo por el futuro más cercano y por la salud de los más allegados, a su vez es frecuente que aparezcan sensaciones de apatía o desánimo por no sentirnos del todo realizados ya que en la mayoría de los casos se paraliza casi por completo nuestra actividad profesional y de otra, la imposición que nos hacemos a nosotros mismos de cumplir con las obligaciones de una manera rígida unido a la percepción de presión que podemos sentir desde el exterior (profesores, jefes, familia, etc.). Todo ello desemboca en un bloqueo emocional que nos paraliza y que retro-alimenta nuestra sensación de agobio e inquietud, y que no afecta sólo a la persona que lo sufre si no que también repercute en la dinámica familiar. Es importante no culpabilizarnos y rebajar en la medida de lo posible nuestras exigencias en épocas de crisis.
Sin embargo, esta situación de confinamiento que vivimos desde hace unas semanas puede ser una gran oportunidad para reinventarnos y redescubrir nuevas formas de acceder al conocimiento. El ser humano tiene una capacidad de adaptación inagotable, y los niños, más concretamente, nos sorprenden con su capacidad de esfuerzo y superación cada día. La clave reside en saber ver las oportunidades de crecimiento y las herramientas de las que disponemos para ayudar a nuestros hijos a realizarse diariamente, aún en estas circunstancias a priori adversas. Este gran abanico de posibilidades se extiende, como no, a toda la población, independientemente de su edad. Desde Elea Instituto de Psicopedagogía de damos consejos de como hacerlo.
¿Cómo lo podemos hacer?
- Crear una rutina diaria, más o menos estructurada pero flexible, en la que combinemos momentos de trabajo u obligaciones con descanso y actividades más lúdicas en familia. Es un buen momento para estrechar lazos entre todos los miembros y enriquecernos del conocimiento mutuo.
- Ser conscientes de que el aprendizaje no sólo reside en los libros y en realizar tareas escolares de manera mecánica, si no que se puede incentivar por medio de otros recursos que diariamente se encuentran a nuestro alcance, y que no responden a un ambiente tan estructurado y controlado: talleres de lectura, pintar, actividades grupales físicas como el yoga o pilates online.
- Rebajar la presión que imponemos a los niños a la hora de cumplir con todos los deberes que mandan los profesores, así como la necesidad de seguir el plan de trabajo diario por materias. Debemos ser conscientes de que las circunstancias y el contexto en el que se lleva a cabo el aprendizaje, en casa y el colegio, son diferentes, por lo tanto los requisitos deben de ser distintos y las tareas mucho más dinámicas. Si el niño percibe imposición por nuestra parte podemos conseguir el efecto contrario al deseado.
- Crear un ambiente agradable bien ventilado y sin ruido, intentando evitar el uso masivo de las tecnologías, móvil o tablet. A veces la sobrexposición no favorece el aprendizaje si no que, al contrario, puede producir un estado interior de agitación y excitación que perjudica nuestra capacidad atencional y memoria a largo plazo.
- Llevar a cabo una higiene de sueño y descanso adecuado es importante, ya que una mente sana es el motor del movimiento y la base de nuestra motivación. En esta línea podemos dedicar un ratito cada día a meditar o a realizar ejercicios de relajación.
- Establecer una comunicación positiva, de confianza y ayuda entre profesores, padres y niños es fundamental. Es necesario que ofrezcamos nuestros recursos y se cree una dinámica basada no tanto en el resultado, como puede ocurrir en el colegio con las evaluaciones, si no en el proceso y el interés por aprender cosas nuevas. Es una buena oportunidad para desarrollar capacidades tan importantes como la empatía, el autoestima, el diálogo y la superación o afrontamiento de situaciones adversas.
Zaida Moreno Ramos
Neuropsicóloga Clínica.
Psicóloga General Sanitaria.