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¿Una terapia de pareja nos ayudaría?

Llevamos casados siete años y tenemos dos hijos. Al principio todo nos iba muy bien, pero la relación entre nosotros se está deteriorando, cada vez estamos más distantes y la vida transcurre entre los trabajos y los hijos, siento que nos estamos perdiendo. No sé si una terapia de pareja nos ayudaría.

Las parejas sufren distintas crisis que hay que aprender a superar. Con los años, aparecen los hijos, que acaparan mucho tiempo, cada miembro de la pareja cambia, todos cambiamos, y estos cambios afectan a los intereses, necesidades, sueños, metas, estilo de vida, forma de ser, etc.

Posteriormente, con los años, aparecen los hijos que acaparan mucho tiempo, cada miembro de la pareja cambia, todos cambiamos, y estos cambios afectan a los  intereses, necesidades, sueños, metas, estilo de vida, forma de ser, etc. Puede ocurrir que aparezcan reproches: “Ya no eres como antes, ahora…”, como si lo deseable fuera mantener a la pareja en una urna para nosotros.

La insatisfacción a veces lleva a pretender que el otro cambie y comienzan así los reproches, las discusiones, la distancia y la consecuencia suele ser la falta de comunicación y el hablar se limita a los temas del día a día. Es cuando la pareja puede estar atravesando una crisis que, en muchas ocasiones, es difícil de resolver por ellos mismos porque pueden enquistarse situaciones o temas que mediatizan cualquier posible encuentro.

¿Por qué una terapia de pareja?

El psicólogo puede ayudar a aclarar los pensamientos y sentimientos que fluyen en ambos y que no se externalizan, puede acompañar en ese “darse cuenta” de lo que está ocurriendo. Ayuda a concretar los problemas que generan el distanciamiento, a que cada uno asuma su parte de responsabilidad (no es bueno pensar en culpables), valorar lo positivo y negativo de la relación.

La pareja que quiere fortalecer su camino para rodar juntos tiene la oportunidad, a través de una terapia de pareja, de iniciar un proceso de comunicación para un mejor entendimiento. El psicólogo puede ayudar a aclarar los pensamientos y sentimientos que no se externalizan, a concretar los problemas que generan el distanciamiento, a que cada uno asuma su parte de responsabilidad (no es bueno pensar en culpables), valorar lo positivo y negativo de la relación.

Carmen Castelló
Orientadora y Pedagoga.
Directora de ELEA

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