Algunos niños o adolescentes presentan dificultades en la realización de sus dibujos o de los trazos escritos. Su falta de calidad no es debido a una falta de empeño aunque, en algunas ocasiones, puedan poner un esfuerzo mayor y lo hagan mejor. El esfuerzo que necesitan poner no lo pueden mantener en el tiempo.
La base de la grafomotricidad y disgrafía puede encontrarse en una dificultad en las habilidades grafomotoras: en su percepción visual, en su coordinación visomotora, en su lateralidad, en su impulsividad, etc. y trae consigo un desorden en la organización de los cuadernos, los controles, los dibujos y, en definitiva, en su producción grafomotora.
Si estas dificultades no son tratadas a tiempo pueden ocasionar un desajuste en el aprendizaje y un desfase en el ritmo y en la calidad del trabajo de tu hijo o hija en comparación con sus compañeros, repercutiendo negativamente en su rendimiento escolar.