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Ser padres: Un arte que tiene sus reglas

Ser padres es un hermoso com­promiso con la naturaleza, que la mayoría de las personas de­seamos realizar. La llegada de un hijo a nuestras vidas modifica nuestra existen­cia: adecuamos hábitos, horarios y nos esforzamos por compatibilizar la vida profesional con la vida personal. A cam­bio recibimos compensaciones y satis­facciones.
Unido a ese compromiso, va la responsabilidad de actuar como padres y de educar a los hijos para que aprendan a desenvolverse en la familia, en la escue­la o en la sociedad. Ser padres implica educar, pero la educación no es una tarea fácil, sobre todo si va añadida a nuestros quehaceres diarios. En ocasiones acerta­mos, pero en otras, somos conscientes de que nos equivocamos.
¿Nos hemos preparado para ser padres?
La realidad es que se dedica muy poco tiempo a prepararse para saber rea­lizar esa labor maravillosa que casi todos debemos cumplir. Vivimos, por acción o reacción, de los esquemas que nuestros padres nos han trasmitido y frecuentemente estos esquemas no son compartidos por la pareja.
Pero nuestros hijos son así porque así les enseñamos a ser.
Es cierto que existen variables orgá­nicas que hacen que cada persona sea distinta, pero también es cierto que los comportamientos, positivos o negativos, que tenemos y que los hijos tienen son producto de un aprendizaje. Dejemos miedos e inseguridades y pongámonos en marcha. Es necesario leer, acudir a cursos de entrenamiento. Igual que nos hemos preparado mucho para el desa­rrollo de nuestra vida profesional, debe­mos formarnos para saber educar a los hijos. De esa educación que les demos dependerá su futuro y, de alguna manera, el nuestro.
ELEA se propone colaborar con los padres para que cada familia construya su propio proyecto educativo. Nuestro objetivo será: trabajar con los padres para analizar la situación de partida; formar en el conocimiento de cómo aprenden los hijos sus comportamientos; ayudar a aplicar los conocimientos a situaciones concretas, ofreciendo estrategias para una educación positiva, y desarrollar ac­titudes educativas, contribuyendo a que los padres definan los valores, principios y normas de convivencia que cada familia quiere transmitir. Pretendemos crear un ambiente familiar agradable con un único lenguaje educativo, coherente y conse­cuente. Una familia sólida contribuye a la estabilidad de sus miembros.
Carmen Castelló.
Pedagoga y Orientadora
Directora de ELEA
Publicado en la revista Zitus (Abril 2009).

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