Cuando termina el cole me cuesta mucho que mis hijos sigan con sus rutinas de comida sueño y obligaciones y después el inicio del curso se convierte en una pesadilla. ¿Qué puedo hacer?
En verano se desorganizan mucho los niños. Se cambia constantemente de manos, de costumbres, de climas, de horarios, etc., y a menudo se es más flexible con las normas.
En relación al sueño, es probable que el niño si duerme en otra casa se oponga a irse a la cama o retrase el momento del mismo. También sucede con la comida, puesto que si se quedan en casa de los abuelos o vamos a la casa de la playa, no vamos a ponernos a discutir porque se coma por ejemplo la verdura o termine todo lo que hay en el plato. Otros ejemplos son: la hora de subir a casa cuando son más mayores o por ejemplo la ausencia de quehaceres diarios.
Pasamos de tener unos horarios más o menos estrictos y unas obligaciones diarias durante todo el año a la desorganización más absoluta. A nadie le amarga un dulce y a los niños menos. Es mucho más fácil aprender lo que nos gusta: acostarse tarde, comer lo que nos apetece, jugar todo el tiempo que queramos,… lo cual convierte a menudo el inicio del curso en una pesadilla.
En cierta medida, es normal que se flexibilicen los horarios y se disminuyan las obligaciones y el ritmo de actividades; pero si queremos que el tránsito del periodo estival al escolar sea menos duro, éstas deben de existir.
Ya no tienen deberes, pero no pasa nada porque un ratito al día lo dediquen a hacer una tarea del cole: leer, escribir o repasar algo. Lo mismo sucede con el resto de cosas: con la comida intentaremos que sigan manteniendo la misma dinámica, al igual que con las horas que duermen o el momento de irse a la cama; aunque excepcionalmente algún día no ocurra así. Todo esto depende también de la edad de nuestros hijos.
Así pues, en la medida en que sea posible, es bueno que establezcamos un pacto de rutinas vacacionales con ellos; dando paso a otro tipo de organización más flexible y a poder ser, estableciendo previamente unos horarios fijos para todo ello.
Zaida Moreno
Psicólogo de Elea
Consultorio Revista Zitus